miércoles, 20 de agosto de 2014

Trekkapp bajo el Naranjo de Bulnes (Vega de Urriellu) I

Cuando planeas algo con tiempo esperas el momento en que llegue con ansias y cuando por h o por b has dejado apartado ese objetivo durante mucho tiempo sin saber porqué, las ganas son mayores cuando llega el día D. 

Con esas ganas arrancamos camino de dormir en el refugio de Urriellu, era nuestra primera aproximación al Picu, y en esta ocasión ni intención teníamos de grabar la ruta para Trekkapp, el único objetivo era subir, conocer la zona y disfrutar, para en otro momento pensar en objetivos mayores.


Si nada más que arrancas los paisajes son como el de arriba uno ya se anima a subir y si encima la compañía es como la de la foto de abajo, lo que va a costar es volver.


El tiempo es lo de menos tanto el cronológico como el climatológico, ninguno de los dos nos importa, subimos con calma, sin prisa, sabemos que tenemos tiempo y la niebla que se ve cada vez más cerca, no nos amedrenta, sabemos que en algún momento abrirá, aunque sea durante 5 minutos y nos permitirá ver esa pared que tantas veces hemos admirado en fotografías.


Eso sí por muchas que sean las ganas de ver el Urriellu no podemos dejar de admirar el impresionante paisaje que nos rodea en la subida, las canales por doquier por las que se precipitan las piedras y que parecen querer bajarnos a Bulnes, los caminos entre piedras, mientras vamos hablando de lo pequeños que nos sentimos y recordamos antiguas caminatas. En esta nos falta Laura, le habría encantado esta subida y alguno/a más.


Desde abajo la subida no parecía gran cosa, imaginamos que porque la niebla nos impedía ver lo que nos faltaba, pero a medida que subíamos y la niebla se iba disipando podíamos apreciar el esfuerzo pasado, pero cada paso, cada fotografía, merecían la pena.



Ya faltaba poco, la se veía la peña y cada vez eran más las ganas de encontrarnos debajo pero no por eso había que descuidar una mirada atrás, a lo que ya habíamos subido, por dónde otros bajaban y que nos dejaba imágenes tan maravillosas como la de abajo.


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